El cruising es una práctica sexual que genera mucha curiosidad, debate y, al mismo tiempo, cuenta con una larga tradición dentro del colectivo LGTBIQ+. Si te pica la curiosidad sobre su origen, los riesgos de esta práctica sexual con desconocidos y en qué zonas más conocidas de España se hace, sigue leyendo.
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Cruising, ¿qué es?
El término cruising hace referencia a la práctica de buscar encuentros sexuales con desconocidos en lugares públicos, como parques, descampados, playas o zonas de carretera.
El anonimato, la espontaneidad y el carácter furtivo son parte de su atractivo.
Aunque está muy vinculado al cruising gay, también puede incluir a personas heterosexuales o bisexuales que buscan este tipo de experiencias.
Origen del cruising gay
El cruising comenzó a popularizarse a mediados del siglo XX, en un contexto en el que la homosexualidad estaba perseguida y muchos hombres buscaban espacios donde poder vivir su sexualidad sin miedo. Parques, baños públicos y áreas apartadas se convirtieron en puntos de encuentro. Con el tiempo, esta práctica se fue normalizando dentro de determinados ambientes y hoy en día sigue presente, aunque con más visibilidad gracias a páginas web y mapas online que localizan zonas de cruising.
Riesgos y beneficios de practicar cruising o sexo gay con desconocidos
Como toda práctica sexual, el cruising tiene aspectos positivos y negativos. Entre los beneficios, muchos señalan la adrenalina de lo espontáneo, la libertad de vivir el sexo con desconocidos y la posibilidad de explorar la sexualidad sin ataduras. Sin embargo, también existen riesgos que conviene tener en cuenta:
- Exposición a contagios de infecciones de transmisión sexual (ITS).
- Riesgo de encontrarse con personas malintencionadas.
- Posibles sanciones legales si la práctica ocurre en lugares inadecuados.
Para disfrutar de forma más segura, es fundamental usar preservativo, mantener el respeto mutuo y elegir zonas conocidas por la comunidad.
¿Dónde se practica el cruising? Zonas en España
En España, el cruising cuenta con una gran cantidad de espacios señalados por los propios usuarios en foros y páginas especializadas. Estos lugares suelen ser parques, áreas de servicio, playas y descampados. A continuación, mencionamos algunas de las zonas más populares en distintas ciudades:
Cruising Madrid
La capital cuenta con múltiples parques y zonas verdes donde se practica cruising gay, como Casa de Campo (uno de los lugares más emblemáticos), el Parque del Retiro en áreas más discretas, y zonas de carretera en las afueras como la A-6 y la M-30.
Cruising Lleida
En Lleida, los usuarios señalan áreas discretas y parques, como el paseo de los Campos Elíseos y zonas en las inmediaciones del río Segre, donde se concentran encuentros principalmente nocturnos.
Cruising Barcelona
Barcelona es uno de los destinos más conocidos, con zonas como la playa de la Mar Bella, el Parque de Montjuïc y áreas cercanas al Parque de la Ciutadella que aparecen en los mapas de cruising compartidos online.
Cruising Valencia
La ciudad del Turia también tiene varios puntos populares, entre ellos la Playa de la Devesa (Albufera), parques en la zona del río Turia y espacios de carretera en las afueras.
Cruising León
Aunque más discreto, en León también se practican encuentros en áreas como el Parque de la Candamia, así como en descampados y áreas de descanso cercanas a la ciudad.
Cruising Salamanca
Salamanca cuenta con parques y zonas periféricas, como las inmediaciones del Parque de los Jesuitas y descampados cercanos a la carretera de Alba, donde se reúnen hombres en busca de sexo con desconocidos, generalmente de noche.
Cruising Sevilla
Sevilla es uno de los puntos más destacados del cruising en España, con lugares como el Parque del Alamillo, zonas cercanas a la Isla de la Cartuja y áreas de carretera en la SE-30, muy frecuentadas por la comunidad.
El cruising como expresión de la sexualidad
El cruising forma parte de la historia de la sexualidad contemporánea, especialmente dentro del colectivo gay, y sigue atrayendo a quienes buscan adrenalina, anonimato y libertad. Pese a los riesgos que implica, muchos lo consideran una forma legítima de vivir el deseo.
Más allá del morbo, esta práctica refleja la necesidad de espacios de encuentro y exploración. Vivir el cruising de manera responsable y segura puede hacer que la experiencia sea satisfactoria sin poner en juego la salud ni la integridad.